Otra idea que se repite en base a la cultura del entusiasmo es la de la promesa de “una vida mejor” en otro país, normalmente occidental. Instituciones como Netflix establecen ciertos países como mejores o peores. Esto, aparte de estar claramente relacionado con la racialización y la hegemonía Occidental (las demás culturas se infravaloran e incluso ningunean), también sirve para enviar el mensaje entusiasta de que es posible vivir feliz, pero para ello uno se tiene que mover a ciertos lugares y ambientes. Estos lugares se presentan como ideales, donde “todo se puede lograr”, donde hay un final feliz para cualquiera.

Dentro de estos países idóneos, Estados Unidos tiene un gran papel, debido al tópico del “sueño americano”, así como algunos países de Europa.

En muchos de los films de la plataforma, sobretodo a películas dirigidas a un público más joven, hay una gran americanización de los personajes emigrantes. Las lenguas propias desaparecen y casi todos los personajes sin depender de donde son, hablan en inglés, hasta en sus propias casas. Se acaban deshaciendo de sus costumbres, cultura o alimentación para encajar en un país que te promete una vida de ensueño pero que como precio te hace olvidarte de tus raíces. Hay aquí un falso camino hacia la felicidad que está llena de engaños y trampas que no son más que otra victoria para el mundo occidental dominante.

Un ejemplo claro lo vemos en personajes musulmanes en los que a nivel estético les desaparecen los hijabs o estos son colocados estratégicamente enseñando un poco de pelo delantero rompiendo así la propia función religiosa de ese (dejando a parte debates alrededor de este) y solo para cumplir con una estética socialmente agradable.

Nadia vive en una familia musulmana que se ha mudado a España con el objetivo de tener una mejor vida. Sin embargo, la realidad es que trabajan como esclavos en una frutería. Para encajar en este entorno, Nadia se desprende de ciertos elementos de su cultura musulmana. Una vez "Españolizada", la gente la empieza a ver como un pivón.