Uno de los patrones muy repetidos en las películas y series de Netflix es el de la “familia ideal”. Esto se suele basar en una pareja cisheteronormativa monógama con hijos. El hogar y todo lo que este envuelve se presenta como algo reconfortante, donde uno se aleja de sus problemas e incluso los soluciona. Es un ambiente donde reina la armonía, la tranquilidad y la felicidad. Aparte de los pequeños problemas que puedan surgir a lo largo de la trama, las relaciones suelen ser sanas, de confianza y amor. La familia es el primer grupo de apoyo y siempre quiere lo mejor para ti, es por ello que la opinión de los padres siempre es la correcta, lo hacen “por tu bien”.

En muchos de los casos, los padres trabajan para sacar adelante la familia y tener una casa decente, una vida normativa basada en la decencia, lo cual tiene relación con la idealización del trabajo (el tópico número dos).

Para generar una empatía con el público Netflix utiliza estos vínculos familiares, proyectando una plenitud ante posibles carencias propias. También uno puede llegar a sentir este vínculo como propio, emborronando así la realidad y la ficción. Este recurso de hacer uso de la sensibilidad y la identificación con los personajes es también algo que funciona en las campañas de márketing y publicidad.