La popularidad de los personajes, siempre basada en una imagen física o estado económico envidiable, establece una relación de superioridad e inferioridad entre los diferentes personajes. Si observamos las películas ambientadas en el instituto, el popular no solo hace siempre lo que le da la gana, sino que además el resto lo verá con buenos ojos haga lo que haga.

En cuanto a las relaciones de pareja, el popular suele salir con la popular, aquella que está en su mismo nivel. La gente se enamora de ellos, casi nunca del “chico majo”, el cual está en una posición secundaria. Es por ello que cuando en ciertas películas o series el “chico popular” se enamora de la “chica no popular” (débil y con baja autoestima), esta sube a su nivel. El espectador, en este caso espectadora, se siente identificada con la inferioridad de la chica, y en la película ve cumplidos sus sueños de subir a dicho nivel. Es decir, la espectadora proyecta una vida en la que estas inseguridades desaparecen a raíz de que un chico le demuestra su amor verdadero.

Siguiendo con las características del personaje del “chico popular”, es típico que este tenga el poder de humillar a cualquiera, incluso la chica de la que acabará enamorándose. Aun así, el personaje de la chica hará lo que sea para gustarle, y cuando esto ocurra todos los problemas de su vida desaparecerán (lo cual se relaciona con el tópico de “amor como salvación”).
Landon es el rebelde del instituto y Jamie es una chica buena, hija del reverendo. Al principio Landon no le dirige palabra a Jamie, incluso se burla de ella con sus amigos. A medida que su relación incrementa Jamie se da cuenta de la verdadera persona que es Landon, y viceversa, y terminan enamorándose. Una vez ocurre estos, Landon ya no permitirá que Jamie sea víctima de burlas o acoso escolar, ya que al ser el popular del instituto Jamie se colocará en un estatus similar al suyo.